querida amiga [Alaska]

Siempre me encontraba con Cloe cuando ibamos a desayunar. Siempre nos sentabamos juntas y cuando noté que no se encontraba ahí se me hizo raro. "Oh, bueno, qué se le puede hacer?" pensé y sonreí ante aquél pensamiento irónico. Seguí mi desayuno como si nunca hubiera comido; no atragantandome para que terminara pronto, sino disfrutando cada bocado lo mas posible. A tal punto que fui la última en terimnar de comer por primera vez y tuve que meter el resto de la comida en un pañuelo para comerlo después, como toda persona criada entre muggles hubiera hecho.
Casi casi sacada a patadas salí del comedor de mala gana, pero aun así con buena cara porque esa vez no había tenido que pasarmela escuchando acerca de lo hermoso que era el cabello de Cloe, ni de lo patéticos que se veían los pobres reusando la ropa de sus hermanos mayores. Solo había paz y mas paz, nadie dirigiendome la palabra. El silencio que había vivido acopañado de la comida había sido como música para mis oidos, ojos y boca.
Decidí, pues, ir a terminarme el desayuno a la Sala Común, pero a penas me había acercado lo suficiente para ver la puerta me había llegado un olor a cigarro tan penetrante que tuve que salir corriendo de ahí. No me molestaba mucho, pero no me agradaba tampoco el hecho de que MI comida fuera nicotinizada.
Decidí ir, pues, a algún lugar de donde no me pudieran echar a patadas. El único era el Baño, el de Myrtle la Llorona.
Pero aun asi ni los aullidos más espeluznantes de aquella fantasma pudieron ser capaces de quitarme el buen humor, y después de 20 minutos mas o menos pude despedire de la indeseable e irme de regreeso a la sala Común, donde el olor a cigarro se había mantenido, si no se había hecho mas fuerte. Creí saber la causa y suspiré. Después de todo no podía durarme todo un día la felicidad, cierto? Entré y la ví ahí sentada, leyendo un libro, con el cigarro en una mano.
Se me ocurrió hacer una broma, sonreí al ver que estaba demasiado absorta en su libro ese y murmuré unas palabras...Al momento siguiente el libro se elevaba en frente de sus narices y el cigarro se disolvía entre lo que parecía ser agua.

Arqueé una ceja y la observé por un momento. ¿Que cómo había estado el desayuno? Pues mejor que cualquier otro día, claro. Hasta podría haber afirmado que todos en la mesa la habían pasado mucho mejor. Bueno, era solo una opinion. Claro que no podía decirle eso; lejos de arruinarle el día a ella me arruinaría la vida a mi. Y es que ser amiga de Cloe me aseguraba un puesto como "alguien" en Hogwarts. Y no es que importara demasiado, pero desagradable como yo era no podía darme el lujo de ser ignorada.
Suspiré pesadamente, eliminando de mi mente el pensamiento de decir: "Todo fue mejor sin ti, querida".
-Nada fue lo miso sin ti- dije adivinando que eso era lo que quería escuchar -¿En dónde estabas? Muchos me preguntaron por ti- alzé ambas cejas como si lo dijera en serio.
Como si alguien se acordara de ella... Como si realmente hubiera diferencia si se había caido por una ventana que si se hubiera atrasado con su imagen personal.
Me senté en un sillón que estaba no muy alejado de ella, pero tampoco estaba en frente. Dirigí mi mirada a algo más interesante como lo era la mosca que volaba cerca de una ventana, me recargué en el respaldo y después de rodear los ojos en mi mente, regresé mi mirada a Cloe Sonriendo como si estuviera felíz de volver a verla.
Me consolé con el pensamiento de que solo me faltaban dos años mas para librarme de ella. Si la había soportado tanto tiempo antes, ¿por qué no dos años mas?